Este perro desciende seguramente de un Braco alemán más antiguo y, en su aspecto actual, ya era conocido en 1600, aunque se encontrara exclusivamente en las perreras de los duques de Sajonia-Weimar, de los cuales después tomó el nombre. Durante siglos permaneció como propiedad exclusiva de estos duques, y sólo a comienzos del siglo XX empezó a extenderse por toda Alemania, entrando en competencia con el Kurzhaar.